¿Mereció la pena?
Y me quedo helada. Después de mil preguntas, esa es la única pregunta que puede cerrar la herida.
Los emprendedores dirán, que había que arriesgar, los valientes, dirán un sí rotundo, pero los cobardes te mirarán a los ojos, y dirán que no…
Pero los dos sabemos, que cuándo me rompías para siempre, poco o nada importaba yo.
Fuiste tú, eres y serás.
El perdón sólo libera al que lo verbaliza, no al dañado, entendamos esto de una puta vez.
El arrepentimiento no redimide, que gran mentira…
Si miraron para otro lado, cuándo llorabas a mares, cuándo te arrebataron la dignidad y la ilusión, el perdón solo les favorece a ellos.
El perdón si no va acompañado de redención, es una pompa de jabón cayendo en cualquier lugar, se pierde sin más.
Sólo duró unos instantes…
Me curé sola, la herida que solo tú decidiste que merecía.
No perdí el tiempo en juicios de valor, lo invertí en coser el escudo de mi pecho, que había abierto a tirones, para que pudieses caber.
Porque tú único encanto fue, que yo creí,que podías ser el que no me hiciese daño.
Pero una vez más, me hiciste más fuerte y aprendí un poquito más…
Me dañan si lo permito, sangro si decido no tapar la herida y lloro…
Lloro porque sé que tengo que seguir buscando, porque ahí no era.
Cambio y corto!